jueves, 12 de junio de 2014

Adiós Fliper.

Jueves 12 de junio y yo aquí, tendido sobre la cama de mis papás.

Llevo meses sin publicar por aquí, pero de verdad no había tenido "ganas" de hacerlo, ahora decidí que tenía que expresarme a través de este medio respecto a una cosa muy importante que sucedió esta semana.

Mi perrito, el Fliper, que llevaba en mi familia más de trece años ininterrumpidos, murió. No fue tan difícil como me lo había estado imaginando en los últimos meses (porque sabía que pasaría), tampoco niego que sufrí (y aún lo hago), pero creo que el Fliper está ahora descansando en algún lugar mejor. Sus trece años de perro, equivalen a casi ochenta en vida humana, eso quiere decir que ya era viejito y sufría mucho, lo sabía porque desde hace unos años su cuerpo no le respondía en algunas ocasiones, me daba una pena terrible verlo sufrir, y a pesar de que nunca le dimos una vida lujosa con veterinarios ni shampoo especial para perro, siempre nos preocupamos de él (mi papá, mi hermano, mi abuelita, mi mamá y yo).

Murió el martes 10 de junio de este año (2014) y el día anterior a su partida se le veía muy, pero muy mal, me acuerdo que cuando llegué de clases, entre a la casa y me acerqué a él y como siempre él se acercó a recibirme, le toqué su cabecita y se acercó a mí, colocando su cuerpo en mi pierna y ahí se quedó tranquilito por un buen rato, a mi modo de ver las cosas siento que esa situación fue una despedida, una muestra de afecto mutua y eso me hace feliz. Saber que él me quería y tener más que claro que yo lo adoraba me tranquiliza y me alegra. Era y sigue siendo raro vivir una vida sin que él me esté esperando en la entrada de mi casa, pero tendré que acostumbrarme y consolarme sabiendo que en estos momentos él está en algún lugar mejor, y en ese lugar todos deben conocer su nombre, porque cuando lo enterramos con mi papá, puse en su cajita un papel con su nombre escrito en naranjo (mi color favorito).

Adiós Fliper, te extraño y te quiero.

martes, 11 de marzo de 2014

Todo de nuevo

 Son casi la 1 de la mañana y sentí la necesidad de empezar con un blog, pero esta vez de verdad. Muchas otra veces he intentado hacer esto, pero por varias razones no ha resultado y espero que ahora por fin logre mi cometido, el cual es publicar constantemente algunas cosillas que pasan en mi normal y a la vez extraña vida de veinteañero.